Rusia y su nuevo Imperio

Las tensiones de los últimos meses en ese «tablero de ajedrez» llamado Ucrania ha terminado con la jugada maestra de los ajedrecistas rusos. La anexión rusa de Crimea es un paso definitivo de la política exterior rusa. Durante estas semanas he visto algunos análisis que se quedan en la simple anécdota, sin profundizar sobre las consecuencias de la nueva situación, ni de sus repercusiones geopolíticas.

La presencia de Rusia en Crimea, conquistada en 1783 por Catalina la Grande, es una realidad incuestionable. La Historia de Rusia, como Nación Imperio, es una constante obsesión en tener salida a aguas calientes. La construcción de Rusia estaba basada en la expansión continental continúa, pero este paradigma cambió con Pedro I el Grande, a partir de ese momento Rusia trata de buscar salidas al Mar. La fundación de la nueva capital,  San Petersburgo, a orillas del Mar Báltico es la máxima expresión de lo que debería ser la Rusia Imperial. En el siglo XIX Rusia intenta dar salida a su enorme Imperio por el Golfo Pérsico y por el Mar de Japón, en esa constante de búsqueda de aguas calientes, pero fue frenada por dos grandes potencias: Gran Bretaña y Japón.

Posteriormente Rusia o la U.R.S.S. llega a su máxima influencia internacional como uno de los dos polos en la Guerra Fría, Tras la caída del Muro de Berlín y la unificación Alemana, la U.R.S.S. se desintegra. Muchos historiadores, como Francis Fukuyama, pensaron en el «FIN DE LA HISTORIA», pero la realidad fue muy distinta tras el el 11-s. Tal vez la Guerra Fría, desde la dialéctica entre capitalismo – comunismo, este superada; En cambio hay nuevos conflictos globales. La emergencia de los llamados BRICS, como contrapeso a la Union Europea y a Estados Unidos, hacen presagiar la inminencia de nuevos escenarios estratégicos y sus correspondientes tensiones.

Si el Mar del Caribe es el «charco» de Estados Unidos; el Mar Negro es la «piscina» particular de Rusia. No nos engañemos, la enorme Flota del Mar Negro tiene como finalidad estratégica el control del Mar Mediterráneo. La alianza con Siria se explica en parte por seguir manteniendo la base naval de Tartus.

La Plaza Roja el día del Desfile de la Victoria.

Actualmente Rusia hace un esfuerzo enorme en dar otro enfoque de las noticias, con Actualidad RT (español)  a la cabeza, para dar un sustento ideológico y propagandístico de su nuevo expansionismo. Como muestra un botón con el nuevo «Zar» Putin en escena.

Lluis Bassets escribía en EL PAÍS:

«Ahora la geopolítica regresa con Rusia. Y con ella, la necesidad de volver a las lecturas geopolíticas, empezando por Mackinder, siguiendo por Kaplan y terminando por George Friedman, director de Stratfor, uno de los más destacados think tank de análisis geopolítico mundial y autor de dos libros, La próxima década y Los próximos cien años (ambos en Destino), llenos de predicciones acertadas sobre el resurgimiento expansionista de Rusia que estamos presenciando..» 

Hace unos días reflexionaba… ¿Y sí los Aliados no hubiesen desembarcado en Normandia en 1944? , ¿Los rusos habrían llegado hasta el estrecho de Gibraltar? , ¿Como seria esa Europa bajo la influencia cultural y económica soviética? En los momentos actuales Rusia es un jugador de primer nivel en Politica Exterior. El éxito diplomático de Rusia, con la anexión de Crimea, le da la fuerza y el prestigio internacional para sus futuras pretensiones territoriales.